Mittwoch, 10. September 2014

Primeros días en Buenos Aires


Para mí que vengo de un pueblecito chiquitito de Suiza es realmente un gran cambio vivir ahora en Buenos Aires. Pero eso era lo que querría. Vivir el contrario de mi vida suiza.
Hace tres años viví en el sur de Chile por mi intercambio, así que allá ya aprendí a hablar español, lo que me facilitó mucho dirigirme por Buenos Aires.
Igual me subí primero a un bus equivocado después de mi llegada en el aeropuerto. Pero por suerte me avisaron, y de ahí encontré la oficina sin problemas.

La oficina no estaba como lo esperaba, no solo se pareció a una obra, sino era una obra. Justamente la semana que viene van a hacer el piso, así que en la oficina quedaban unos muebles, los computadores y el teléfono. Bien gracioso ver eso.

Pero de hecho no me importaba esto, porque la gente de YFU me recibieron bien cariñosa.
Justo el día de mi llegada había un montón de trabajo y el teléfono no dejaba de sonar. Así que yo me sentaba por algún lado, hasta que Diego tuve un minutito para explicarme como va a ser mi día.

Así que vivía bien espontáneamente, me puse a trabajar y más tarde me vinieron a buscar Arantxa y el cuñado de mi hermana anfitriona. Debo mencionar que el primer día ya me quedaba solita en la oficina, ya que los argentinos dejaron esperarse ;) pero para mí no hubo ningún problema. Y me alegré mucho cuando vi mi familia anfitriona. Nos sentabamos harto rato quedándonos charlando como si nos conocieramos hace tiempo. Estoy feliz que ya puedo comunicar aunque todavía me cuesta a veces continuar a las conversaciones rápidas y me cansan.

Los siguientes días ya podía caminar sola al trabajo y me di cuenta que cada día en la oficina es el puro contrario de un día cotidiano rutinario. Por todo el día pasa mucha gente y yo recibo diferentes tareas, como salir con la familia anfitriona para dar un paseo por la plaza de mayo o ordenar carpetas.


Estoy abierto a todos los diferentes tareas. :)


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