Empezando con el locro salteño, me fui degustando por las diversas salsitas, llegué a Tilcara, probé el Tamal, la crema de calabaza y la carne de llama hasta que se me revoltó un poco el estómago por tantos novedades. Despues de una noche descanso ya continuó el viaje a Bolivia.
Wow! Como cambia la cultura. Ya desde bien temprano toda la gente estaba en la calle vendiendo. Las calles estaban llenas, y eran apenas las 9 en la mañana. Además lo que les destaca a las bolivianas es su ropa de tela tejido con muchos colores, el hijo envuelto en una tela detrás en la espalda y de ambos lados cae una trenza larga q abajo se ata otra vez. Hasta entenderles por su accento fue más difícil. Por tantas nuevas impresiones me quería sentar un rato en el parque. Qué pasó? Vino una señora muy amable y me empezó a hablar. Sacó su biblia y dijo; Si seremos todos buenos ya no hay que morir! Acá en la página 103 decía dios,...
Atentamente la escuché, ya que es muy interesante su punto de vista, pero al momento de que quería anotar mi nombre para que me uniera a los Reinos Jehowas, prefería decirle que me gusta praticar mi religión sola a mis propios gustos. Además que estoy promocionando una organización sin filiación religiosa! ;)
En todo caso culinariamente y culturalmente un viaje espectacular.
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