Nuevamente como meses atrás siento la brisa acariciandome el cuello al partir del puerto de Colonia del Sacramento en buque a Buenos Aires.
Mucho había transcurrido en el último mes que me detuvo seguir escribiendo mi blog y que cambió mi destino.
En vez de haber partido mi viaje de charlas al norte de Argentina el camino me llevó de vuelta a Suiza para dos semanas.
Hace dos semanas atrás lamentablemente falleció mi querido abuelo y sentía la necesidad de despedirle junto a mi familia en Suiza. No pensé mucho y compré el vuelo para pasar dos semanas con mi familia.
El vuelo más barato que encontré salió desde Montevideo así que el lunes hace dos semanas partí en barco de vuelta a Montevideo donde había estado meses atrás.
No me tocaron buenas conexiones así que al tener 6 horas adelante mío esperando a la salida del vuelo en el aeropuerto en montevideo empecé a leer un libro encantador. (Marlene - Florencia Bonelli)
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| Mi hermanita Sidney, mi mamá, yo, hermanita Chelsy y hermana Natascha |
El aeropuerto estaba casi vacío y yo estaba inmersa en mi libro cuando de repente alguien dejó muy cerca mío caer un bolso. Molesta levanté la vista y mis ojos cruzaron los de hannah - la pasante austríaca de Uruguay. Qué alegría. Justo la semana anterior nos habíamos visto en Buenos Aires por un training de Colored Glasses que vino a hacer ella pero yo no me acordaba de la partida a europa exacta de ella, ni bien me lo había mencionado.
Al entrar al avión cambiamos los asientos así pudimos sentarnos al lado y viajar juntas. Nos entretuvimos todo el vuelo, charlando, riéndonos e imaginandonos haciendo un taller de CG en el avión. Una pareja atrás escuchó interesada nuestra conversación, tanto que nos preguntó acerca de nosotros. La señora supuso que yo tenía una mamá uruguaya por hablar tan bien ;)
Después de un largo viaje finalmente llegué al aeropuerto en Suiza donde me esperaba mi familia y una amiga.
Finalmente después de 9 meses nos pudimos cerrar en los brazos nuevamente. Fue tan lindo volverlos a ver. Volvimos a casa y al mismo día fui a visitar a mi abuela. Al no encontrar mi abuelo en su casa me salieron las lágrimas y caí en la cuenta de que ya nunca más le volveré a ver.
Pero ahora al estar en el barco recuerdo bien a mi abuelo y me imagino como él había estado acá hace unos 50 años atrás. Su cuerpo ya no está pero en mi corazón viajera, el cuál heredé de él, le llevo a todos lados.
Los días en Suiza se me hicieron cortos. Dediqué el tiempo a mi familia y a un par amigos buenos. Fue tan lindo y me di cuenta que allá sigue todo igual. Al viajar uno nunca pierde nada sino siempre asuma.
Ya llegó el viernes y debía marcharme otra vez. Sinceramente estaba con pocas ganas, ya me empecé a acostumbrar nuevamente a Suiza, menos el cambio de huso horario no había superado, y ya debía irme. Sentía que me faltaban días y quería estar más allá. Así no pensaba cuando había comprado el pasaje. Aún en Argentina quería puro volver, no me quería ir y seguir realizando mis proyectos con YFU.
Ahora en el barco estoy nuevamente motivada. Siento que fue muy importante haber vuelto y ha sido una buena decisión porque así pude acompañar a mi familia por la pérdida y a mi misma me ayudó aceptarlo y cerrar una etapa.
Al haberme encontrado con un amigo en Montevideo ya me empecé a reacostumbrarme al español y ahora al ver las luces de Buenos Aires de lejos estoy feliz llegar pronto a la casa de mi novio.