El domingo, el 2 de noviembre, a las 9 y media de la noche me tomé un colectivo y el viaje a lo desconocido empezó. Antes de irme con puro estrés, llegaba de un taller de teatro a casa, busqué mi ropa, mis papeles con todos los contactos, comí rápido, me despedí y con un poco de nerviosismo y ansiedad me fui. Justo me había llamado una voluntaria que no me podrá recibir así que tuve que cambiar un poquito el plan. Bueno después en el colectivo llegué a descansar por fin. Me sirvieron otra comida, charlé con la señora al lado mío y releí mi charla.
A las 6 en la mañana llegué bien a san francisco. Dormí poco, ya que es bastante incómodo en el colectivo. Pero tranquilamente me tomé un café y esperé hasta las 7. después me marché para buscar el colegio, acompañada del nerviosismo.
En el colegio me mostraban todo y después tuve mi primera charla enfrente de aproximado 40 chicos, que todos me miraron al mismo tiempo. Para sorpresa mía salió todo excelente, no perdía el hilo, se me fue el nerviosismo, los chicos quedaron entusiasmados, tuvieron un montón de preguntas y al final mostré como salto la cuerda.
Después de la charla tuve más tiempo y recorrí todo san francisco para conectar YFU con más colegios.
El día siguiente, después de una noche en la casa de la ex-delegada en las Rosas, recorrí los colegios en Las Rosas dando charlas y en la tarde visitando familias anfitrionas. Así seguí toda la semana, yendo de casa a casa, de colegio a colegio. También viví por cancelaciones y reorganizaciones, así que el plan se fue cambiando a cada rato. Me di cuenta de que la realidad es otra que la que uno preve de la oficina en Buenos Aires. Fui a muchos colegios a hablar y me decían todos que tendrán que organizar para que pueda venir. Y en los colegios que organizé me pasó que me decían que los chicos justamente están en evaluación. Igualmente podía hacer mis charlas, y día a día me fueron mejor, hasta que ya me gritaron los chicos en la calle, chee suiza, me reconocés? Bueno, yo obviamente que no, ya que fueron tantas caras por día. En los recreos de los colegios me quedé para charlar con los chicos y también hacía show en el medio del patio, alrededor mío un montón de chicos mirándome y aplaudiendo ;))
Estos días fueron aparte de ser muy enriquecedor, bastante cansador, porque uno nunca para de hablar por el día entero. En fin llegué a descansar un rato por el fin de semana en Rosario, donde me hospedeó una voluntaria :) lo pasamos más que genial y me dan las ganas de volver a ver a ella, Rosario y unos nuevos amigos más :))
El viaje lo terminé en Venado Tuerto, donde visité un par de colegios más y entrevisté una familia anfitriona futura. El martes, 11 de diciembre, cansadita pero lleno de experiencia enriquecedor volví a mi casa después de una semana que me pareció haber sido más.
En las semanas pasadas volvió todo a su rutina, arranqué con mi curso de Tango otra vez, pero esta vez un nivel más alto. En el trabajo estoy haciendo diversas cosas. Con mi familia anfitriona comparto el tiempo que pueda.



